24/7/10

Sobre el Síndrome de Estress Agudo o "Burn-out".

El denominado “Síndrome de burn-out”, alude a una situación extrema de estrés vinculada las más de las veces a la actividad laboral. Aunque el mismo también se verifica ante situaciones familiares conflictivas prolongadas, en las personas que tienen a su cargo la atención de familiares con enfermedades crónicas e incapacitantes, etc..

El factor determinante es generalmente dentro del cuadro, el hecho de sentir un displacer y una irritación intensa y sostenida respecto a la tarea. Lo cual produce con el tiempo, un conjunto de signos y síntomas clínicos que describió inicialmente un psiquiatra estadounidense llamado Freudemberg en 1974, basándose en lo que ocurría en el hospital atiborrado de trabajo en el cual se desempeñaba: el personal mostraba un agotamiento progresivo, desmotivación, sensación de tedio, maltrato a los pacientes, conflictos con sus pares, abusos de autoridad y síntomas tanto de ansiedad como de depresión.

Si bien este síndrome se detecto e investigo inicialmente en el ámbito médico, al mismo se lo considera hoy operante en casi todos los ámbitos laborales y familiares como ya se dijo, sobre todo en aquellos donde personas con sentido ético, cargan sobre sus hombros la responsabilidad y el manejo de temas serios e importantes para el destino de otros, a quienes brindan sus servicios.

El tema de atender necesidades ajenas unido a otra serie de factores desgastantes cómo es por ej. un elevado nivel de tensión en un ambiente en que se está muchas horas por día, pueden conducir a un agotamiento agudo por estrés.

La persona refiere sentirse muy cansada a nivel mental, falta de energía, desgano, apatía, tensión, insomnio, dificultades en la concentración, de memoria y a la larga síntomas de ansiedad y/o de depresión.

Ocurre también generalmente, que quien lo padece a partir de su actividad laboral, comenzó a desempeñarse en su actual ocupación con altas perspectivas y expectativas en cuanto a su plan de carrera, crecimiento profesional, remuneración, prestigio, reconocimiento, etc., las cuales no logro alcanzar debido al medio –a su mezquindad, a su mediocridad, a su nivel de competitividad, cinismo, corrupción, etc-, o a poder cubrirlas en forma suficiente para él, por motivos que escaparon y que escapan a su voluntad.

Se habla también a veces de un desfasaje entre los ideales personales y las expectativas internas, en relación con las complejidades del medio y las tareas a cargo, de la falta de incentivo, del daño que puede causar una competitividad laboral que no deja espacio a actitudes solidarias mínimas entre pares, etc., etc. Existe incluso en ciertos casos, un desfasaje entre las propias aspiraciones y las capacidades personales de quien sufre por su falta de realización.

La detección y reacción temprana ante esta posible y dolorosa configuración vivencial, si ello es posible, es fundamental para tratar de evitar la prolongación del sufrimiento que conduce a la persona a un círculo vicioso de baja autovaloración, de caída de su rendimiento laboral, de frustración y de desmotivación vital, y luego de agotamiento físico o mental, de sensación de vacío, y por ello de un desinterés progresivo por la vida, y a la posibilidad de un colapso..


R. Prieto.

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