7/6/09

Autoestima vs. Autorespeto

Nuestra sociedad otorga desde hace ya varias décadas un reconocimiento importante a la noción de autoestima, como un elemento importante y de peso dentro de nuestra salud emocional.

Mucho menos o casi nunca hablamos de autorespeto, aunque de hecho se nos vuelva difícil pensar en alguien que tenga una elevada valoración de sí mismo, pero que no se respete a sí mismo.

Ambos conceptos pueden parecer idénticos en principio, pero existe entre ellos dos o tres diferencias importantes de señalar.

Estimar algo supone valorarlo positivamente y tenerlo en alta consideración; pero la evaluación de nosotros mismos al tender por efecto de los valores predominantes hoy día, a centrarse fuertemente en nuestro desempeño, en nuestras ganancias en nuestros éxitos en tal o en cual actividad; tiene necesariamente en el fracaso a su contraparte inevitable- El azar, el paso del tiempo, las oscilaciones naturales de nuestras capacidades o de nuestra motivación, el incremento de los obstáculos a ser vencidos para la consecución de nuestros fines, etc.; son cosas que nos exponen cíclica y regularmente a vivir fracasos en nuestras aspiraciones de logro y por lo tanto a alteraciones en nuestra autoestima y en nuestra autovaloración.
Alteraciones que a su vez son mayores cuanto más atados estamos y cuanto más dependemos del logro de dichos objetivos para nuestra felicidad y para sostener una imagen positiva de nosotros mismos.

A diferencia de esto, el respeto a algo supone ante todo su aceptación, y el respeto a uno mismo por lo tanto, también; lujo que la autoestima basada exclusivamente en los logros y en los éxitos crecientes a repetición no puede darse; pues ésta debe repudiar al fracaso como si fuera su enemigo; cosa en la cual no se equivoca, porque ello de hecho lo es.

Por otra parte, y en relación con aquellos que detentan una elevada autoestima pero están demasiado imbuidos de un esquema evaluativo basado en el éxito y en la comparación constante del suyo con el de los demás; quienes se centran más en el respeto a sí mismos, se hallan por lo general más cercanos a la paz interior; a un bienestar más sereno y a una suerte de ecuanimidad; y dado que además dependen menos de la imagen que logren proyectar de sus capacidades frente a quienes les rodean, también son menos vulnerables tanto a los falsos elogios como a los insultos; y menos propensos a su vez a aparentar, a simular, a mentir, a ocultar sus falencias, a culpar a los demás por sus propios fracasos, tratando de sostener una imagen positiva e envidiable frente a los demás.

O sea, que dentro del interés indispensable que tenemos que tener por nuestra propia autoestima, debemos conceder un espacio de peso –más amplio del que de hecho se le otorga culturalmente-, al respeto a nosotros mismos; respeto que si es genuino, también supone entre otras muchas otras cosas positivas, el respeto por los demás.

Lic. Ramón Prieto
Junio del 2007.

No hay comentarios: